A veces colaboro con Shia, una tienda de Galdakao,
donde tengo un pelín de enchufe.
Es de mi cuñada y me deja hacerle decoraciones,
y entre lo que a ella se le ocurre y lo que yo trasteo,
a veces, nos salen cosas interesantes.
Es el caso de estos expositores para bisutería hechos
con unos cuadros que se habían quedado un poquito
anticuados.
El proceso, el de siempre: mano de pintura, después
lijar hasta que nos guste y con un poquito de barniz
ya está el marco terminado.
Para la parte de dentro, pegué un trozo de espuma de
alta densidad y luego lo forré con un tela blanca muy
suave.