Tenía tres restos de trapillo, gris, blanco y amarillo. Quería usarlo en algo y me
puse con la aguja de ganchillo (crochet). Acabé con el material que tenía pero no con
las ganas de tejer, que vicio, así que compré más y más y me salieron estas alfombras.
Han lucido maravillosamente delante del sofá durante todo el invierno.